Resumen: El ámbito de aplicación del art. 57.2 CP (así como el de toda la normativa sobre violencia de género) es más extenso que el del art. 23 CP. Éste exige convivencia; aquél, no. Hay elementos en la sentencia y en el hecho probado que permiten afirmar la aplicabilidad del art. 57.2 CP pese a no apreciarse la agravante de parentesco. En todo caso la medida sería factible al amparo del art. 57.1 CP; y se aprecian circunstancias que aconsejan imponerla: ponderando la escasa aflictividad que supone para el sujeto, junto con la tranquilidad y sosiego que representa para la víctima, se hace muy conveniente su imposición. Que el delito de lesiones consumado es homogéneo con un delito de homicidio en grado de tentativa es afirmación pacífica y reiterada en la jurisprudencia. Una condena por tal modalidad de menor gravedad, cuando se acusaba por asesinato, no supone ni incongruencia, ni infracción del derecho a ser informado de la acusación. El espacio de la agravante de parentesco no se corresponde con total fidelidad con la relación de afectividad (que no exige convivencia) que contempla la Ley Orgánica 1/2004. No son ámbitos coincidentes. El artículo 23 exige algo más: un compromiso de estabilidad que no es descrito en el hecho probado.
Resumen: No se aprecia la atenuante cualificada pretendida, ya que, si bien hubo retrasos que permitieron la apreciación de la atenuante simple, no tuvieron el carácter extraordinario a que se refiere la atenuante cualificada. La utilización de una aeronave, como lo es un helicóptero, permite la aplicación del art. 370.3 del Código Penal. La confesión tardía puede operar como atenuante analógica de la propia de confesión si el testimonio del que pretende beneficiarse, exteriorizado después de que el proceso se siga contra él y eventualmente contra otros, es determinante, relevante, decisivo y eficaz, para el esclarecimiento de los hechos y la realización de la justicia.
Resumen: El condenado apela la sentencia alegando infracción de ley del tipo penal objeto de condena y error en la apreciación de la prueba, pretendiendo que se dicte otra absolutoria estimando la eximente completa de drogadicción considerando que el acusado, en el momento de los hechos, tenía completamente anuladas sus capacidades volitivas e intelectivas. La Audiencia desestima el recurso. La fijación de los hechos probados se ha llevado a cabo mediante un proceso razonado, tras analizar de forma congruente las pruebas practicadas. Consecuentemente, no se considera procedente modificar tal criterio valorativo sobre la realidad fáctica que se estableció en la resolución apelada, al carecer el órgano de apelación de las ventajas que la inmediación proporcionó a la Juez a quo. El apelante no justifica que tuviera completamente anuladas sus capacidades volitivas e intelectuales. Las conclusiones de la pericial médica sobre el grado de imputabilidad del acusado son claras y no dejan lugar a la duda. La Médico Forense, ratificando su informe, afirmó que el acusado padeció un "grave episodio de alteración de sus facultades intelectivas y volitivas secundario al consumo de sustancias tóxicas y agitación psicomotriz", lo que sin duda afectaba de forma importante y grave a sus facultades, pero sin anulación de total de la imputabilidad, de ahí que la decisión de la juez de lo penal de aplicar en el presente caso la eximente incompleta y no la completa como se pretende se considera ajustada.
Resumen: La Audiencia confirma la sentencia que condenó al acusado como autor de un delito de robo con fuerza en casa habitada. Cuestionada la suficiencia de la prueba que sostiene la condena el tribunal considera que existe prueba suficiente para desvirtuar el principio de presunción de inocencia sobre la base de la posesión de los objetos sustraídos unida a la proximidad de lugar y tiempo con el momento de la sustracción y a la falta de explicación acerca del origen de dicha posesión de los efectos sustraídos. Se descarta la apreciación de la circunstancia atenuante de toxicomanía al no estar acreditada la misma.
Resumen: No se puede contar con el testimonio directo y en primera persona de la víctima dado que se acogió a la dispensa de declarar, pero también es cierto que los hechos recogidos en la denuncia pueden ser acreditados por otras vías. En primer lugar el parte médico, que ha sido posteriormente ratificado por otro forense que en el acto del plenario declaró dichas lesiones compatibles, en su dinámica comisiva, con una agresión. Y, en segundo lugar, por las declaraciones de los agentes que intervinieron en los hechos. Es cierto que el acusado negó la agresión denunciada por la víctima a los agentes en el momento de la detención y la volvió a negar en el plenario, no así en fase de instrucción. Ahora bien, la defensa no ofrece alternativa alguna a cómo pudo aquella sufrir las lesiones que presentaba, siendo que tras la discusión y estando ella en pijama, se fue de la vivienda y minutos después consiguió avisar a la policía, que acudió a atenderla en poco tiempo. Y preguntado por esta circunstancia, el acusado manifestó que todo pasó muy rápido y que no conseguía acordarse de todo lo sucedido. Al procesado se le notaba bebido, pero razonaba coherentemente y se mostraba colaborador, según los agentes, por lo que no se aplica la pretendida eximente. Tampoco consta una supuesta grave alteración de la conciencia de la realidad.
Resumen: Se confirma la sentencia apelada, que condenó al acusado como autor de un delito de lesiones, concurriendo las agravantes de parentesco, de género y de reincidencia, de un delito leve de vejaciones, otro de amenazas leves y otro de lesiones leves. Recurrió la defensa, alegando la concurrencia de una eximente completa o incompleta de trastorno mental, la incorrecta individualización de la pena y vulneración del principio in dubio pro reo y de la presunción de inocencia, en referencia al delito de amenazas leves. La sala desestima el recurso. De un lado, respecto de las circunstancias modificativas de la responsabilidad, la carga probatoria compete a la parte que las alega y deben estar tan acreditadas como el hecho delictivo mismo. Y, en este caso, no se solicitó que el investigado fuera reconocido por el médico forense, no existiendo acreditación alguna de que al ocurrir los hechos se encontrara fuertemente medicado, pues el hecho de que la denunciante dijera que el acusado tiene tratamiento psiquiátrico por diferentes trastornos, y su madre también lo afirmara, es insuficiente para tenerlo por debidamente acreditado. En cuanto a la prueba de las amenazas, dos agentes de la Guardia Civil refirieron haber oído los gritos y las amenazas proferidas por el acusado, quedando así probadas. La pena fue, por su parte correcta, concurriendo las tres agravantes citadas. Y no era posible imponer al acusado la pena de trabajos en beneficio de la comunidad, al no haberse solicitado.
Resumen: Confirma el pronunciamiento condenatorio en relación al robo con violencia en grado de tentativa y revoca la absolución por el delito de atentado condenando en la segunda instancia por un delito de resistencia. Según los hechos probados, el acusado se abalanzó en la vía pública sobre una mujer a la que intentó arrebatar la cadena que portaba al cuello, no consiguiendo su propósito y huyendo, siendo localizado y detenido al poco tiempo, comportándose de modo agresivo durante la detención y escupiendo en la pierna y en el ojo a uno de los agentes. Se atiende parcialmente el recurso de apelación presentado por la acusación particular ejercida por el agente policial. Sin efectuar ninguna modificación en el relato de hechos probados, se entiende que la conducta del acusado es constitutiva de resistencia activa menos grave, ya que su agresividad durante la detención se concretó en escupir dos veces a uno de los agentes, con el riesgo consiguiente para su salud, por el posible contagio de enfermedades, concurriendo, por otra parte, el elemento subjetivo exigido por el tipo, consistente en el conocimiento por parte del acusado de la cualidad y actividad del agente, que iba uniformado y estaba procediendo a la detención del acusado con origen en una conducta delictiva anterior, así como el dolo de denigrar el principio de autoridad, que se considera ínsito en la conducta desplegada por el acusado.
Resumen: La Sala condena por diversos delitos de agresión (algunos por cibersexo) y abuso sexual, algunos cometidos en el ámbito de la violencia de género aplicando, en este caso, la agravante de género. También de maltrato habitual y un delito de descubrimiento y revelación de secretos. La existencia del delito de agresión sexual los siguientes dos requisitos: 1º) Un elemento objetivo, la acción proyectada sobre el cuerpo de una persona ajena. 2º) Un elemento intencional o psicológico, representado por la finalidad libidinosa y sexual de satisfacer tales instintos, utilizando tanto el empleo de violencia física o intimidación. El delito de maltrato habitual se integra por la acción que supone el ejercicio de violencia física o síquica, acción violenta que puede obedecer a cualquier fin y que se ejerce de forma habitual, concepto que en la definición que da el propio precepto se vertebra alrededor de cuatro datos: pluralidad de actos, proximidad temporal, unidad o pluralidad de sujeto pasivo, siempre que sea uno de los integrantes de la unidad familiar y finalmente independencia de que tales actos hayan sido o no objeto de enjuiciamiento anterior. Se aplica la agravante de género actuando con una manifiesta voluntad de dominación sobre esas mujeres y precisamente por esa condición de inferioridad de las víctimas como mujeres por razones de su género. Se aplica la atenuante de reparación del daño como muy cualificada.
Resumen: Confirma la sentencia de la Audiencia Provincial que condena a un acusado como autor responsable de un delito de agresión sexual con acceso carnal y de un delito de robo con violencia o intimidación. Acusado de ataca y agrede sexualmente a una joven y aprovecha el marco violento generado para sustraerle el monedero con el que huye. Trastorno esquizoafectivo sin especificación y el trastorno antisocial como patologías que disminuyen la imputabilidad de quien los sufre. Incidencia sobre la culpabilidad que las enfermedades mentales y de las adicciones a las sustancias estupefacientes. Graduación de la disminución facultativa. De la eximente completa a la mera atenuante.
Resumen: DECLARACIÓN DE LA´VÍCTIMA: eficacia como prueba de cargo, sometida a prudente valoración y sustentada en un razonamiento suficiente. Características de la persistencia en la incriminación. Convencimiento y motivación suficiente. QUEBRANTAMIENTO CONTINUADO: pluralidad de actos de comunicación y encuentros personales debidos al miedo que inspiraba a la mujer. MALTRATO HABITUAL: actos de violencia física o psíquica perpetrados de manera reiterada que crean una atmósfera regida por el miedo y la dominación. Su carácter permanente menoscaba la dignidad y rebasa cada una de las acciones individuales que integran el comportamiento habitual y que , más allá de su contenido individual, afecta al derecho a la dignidad de la persona y al libre desarrollo de la personalidad. DETENCIÓN ILEGAL: impedir los movimientos o traslados, contra la voluntad del sujeto y durante un periodo temporal, guiada por la voluntad arbitraria del sujeto. PRESUNCIÓN DE INOCENCIA: exigencias constitucionales de la prueba de cargo. PENA DE ALEJAMIENTO: necesidad de proteger a la víctima frente a una voluntad decidida de abordar directamente a la protegida o insinuarse como amenaza con la mera presencia o proximidad.
