Historia de la AN

La Audiencia Nacional fue creada en virtud de Real Decreto Ley 1/1977  (BOE de 5 de enero de 1977), el mismo año en que se celebraron las primeras elecciones democráticas tras la dictadura. La democracia y la Audiencia Nacional han crecido juntas. En este Tribunal, los hombres y mujeres que han trabajado en él durante las tres últimas décadas, han prestado un relevante servicio al fortalecimiento de nuestro Estado social y democrático de Derecho, de manera particular, combatiendo la lacra del terrorismo.

En este tiempo, la Audiencia ha alcanzado una merecida auctoritas, ha ejercido con eficacia competencias jurisdiccionales de especial relevancia y ha logrado una importante repercusión social a través de cada uno de los órdenes que la integran.

En ocasiones, en razón de la atención que suscitan las cuestiones penales, se olvida que la Audiencia Nacional no sólo está formada por la Sala Penal sino también por otras Salas y Tribunales como son los de los órdenes social y contencioso-administrativo que llevan a cabo funciones esenciales para la vida económica y social de este país.

Ciertamente, a los Magistrados y Magistradas integrantes de las respectivas Salas y Juzgados de la AN les corresponde por imperativo constitucional juzgar y hacer ejecutar lo juzgado y a la presidencia promover y garantizar, dentro del marco legal al efecto establecido, de una parte, su independencia, pues sin ella no existe verdadero poder judicial y, de otra, la exigencia de las responsabilidades que procedan, pues ambos conceptos, independencia y responsabilidad, están indisolublemente unidos.

La Audiencia Nacional constituye, y en ello existe coincidencia doctrinal y social, una pieza clave dentro de la estructura judicial en razón a las especiales competencias que le corresponden.

Ese relevante ámbito competencial que corresponde a la Audiencia, hace que, quizás, se convierta para la opinión pública en el símbolo más presente del modo en que funciona la Justicia en nuestro país.

El carácter complejo y muchas veces global de las amenazas a la libertad y seguridad que sufren nuestras sociedades del siglo XXI exige órganos judiciales altamente cualificados y especializados para mantener el vigor del Estado de Derecho en las nuevas circunstancias del mundo globalizado. Este es el caso de la Audiencia Nacional.