Historia del TSJ Cataluña

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Cataluña tiene su antecedente inmediato en las antiguas Audiencias Territoriales nacidas con la Constitución de 1812, el texto legal que es la piedra angular de la arquitectura jurídica española. La Carta Magna surgida de las Cortes de Cádiz otorgó a las Audiencias Territoriales la competencia de las causas civiles y penales en el territorio bajo su influencia.

Por vez primera, se establecían las bases para que los jueces ejercieran con independencia. Los jueces tenían la función exclusiva de juzgar y hacer cumplir lo juzgado y se impedía a las Cortes o al Rey el ejercicio de funciones jurisdiccionales, así como la potestad de archivar causas pendientes o abrir juicios fenecidos.

Hubo que esperar hasta 1835 para que vieran la luz las Ordenanzas de las Audiencias. Fueron unos documentos esenciales que dividieron las Audiencias en tres Salas distintas con diferentes competencias jurisdiccionales: dos Salas de lo Civil y una Sala de lo Penal.

Esta organización judicial fue respetada por la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1870 y, en esencia, se conserva todavía, con la salvedad de las jurisdicciones que han ido incorporándose por el transcurso del tiempo y la evolución de la sociedad.

Los Tribunales Superiores de Justicia, con su conformación y demarcación territorial actual, surgen de la planta creada en el artículo 26 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985.Se constituyeron el 23 de mayo de 1989. Atrás quedaron las antiguas Audiencias Territoriales, dándose así paso a un modelo judicial que comprendía el mapa autonómico y adaptado a las exigencias de la Constitución de 1978. El Tribunal Superior de Justicia toma el nombre de la comunidad autónoma.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se constituyó el 23 de mayo de 1989 y su primer presidente fue José Antonio Somalo.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña está dividido en la actualidad en tres Salas, una para cada orden jurisdiccional: el Civil y Penal, el Social y el Contencioso-Administrativo. 

 

Historia del Palacio de Justicia

La idea de construir un Palacio de Justicia, que albergara todos los órganos judiciales surgió en el año 1879, cuando el ayuntamiento de Barcelona toma la iniciativa de proyectar su construcción. En un principio, el lugar escogido fue otro pero por falta de espacio finalmente se optó por construirlo cerca del Arco de Triunfo.  Predominó la idea de que era necesario hacer un edificio suficientemente grande para meter los juzgados y también la Audiencia. Se nombró una comisión para coordinar los trabajos de edificación integrada por el alcalde de la ciudad Francesc Rius i Taulet, tenientes de alcalde y el presidente de la diputación. Esta comisión encargó el proyecto arquitectónico a los arquitectos Josep Domènech i Estapà y Enric Sagnier i Villavecchia. La primera piedra se colocó el 11 de junio de 1887.

En aquellos momentos, de final del siglo XIX, está previsto que el edificio albergara los juzgados municipales, los juzgados de primera instancia, la Audiencia y las habilitaciones.

Los juzgados municipales tenían despacho para juez, secretarios, oficiales, fiscales y antesala para interesados y testigos. También había despachos para fiscales, 5 escribanías para cada juzgado, sala de testigos, médicos forenses y abogados.

En la Audiencia se preveían dos salas de asuntos civiles, cuatro para asuntos criminales, sala de pleno, ocho secretarías, despachos para oficiales, secretaría de gobierno, salas de testigos, presos, procuradores, sala de capa de abogados (togas), fiscales, sala de prensa, archivo, biblioteca, y pisos para presidente, secretario y dependencias.

Más de veinte años después de la colocación de la primera piedra, el 11 de junio de 1908, y gracias al esfuerzo del entonces presidente de la Audiencia Buenaventura Muñoz, que fue considerado como la persona que más intervino para la finalización de las obras y la ornamentación del edificio. Los infantes María Teresa y Fernando inauguraron el Palacio de Justicia.