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Los magistrados confirman la decisión de un juzgado social de Badajoz
El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha rechazado conceder la incapacidad permanente para su profesión a una operadora de planta química que sostenía que su lesión en una rodilla era crónica e irreversible, además de padecer un trastorno depresivo persistente. Considera que esta patología hace que tenga una limitación funcional grave y afecta su capacidad laboral.
En la resolución del Juzgado de lo Social 5 de Badajoz se declaró probado que la operaria está limitada únicamente para los requerimientos físicos de grado 3 y psíquicos de grado 3 o 4, de media-alta o muy alta intensidad o exigencia, respectivamente, y que su profesión conlleva requerimientos físicos moderados, conclusiones a las que se ha llegado tras el examen de las pruebas practicadas.
Los magistrados del TSJ consideran que esta decisión no ha quedado desvirtuada, por lo que “no puede prosperar el recurso de la trabajadora, que ha de ser desestimado, confirmado la sentencia de instancia”.
La sentencia no es firme y puede ser recurrida en casación ante el Tribunal Supremo.