El Tribunal Supremo endurece las condenas por el asesinato del abogado Díaz Moñux, cometido en 2008

La Sala II estima los recursos de las acusaciones particulares, en nombre de los padres del letrado, y de su esposa e hijas

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Comunicación Poder Judicial

La Sala ha aumentado considerablemente las condenas a cuatro de los siete condenados por el asesinato del abogado Alfonso Díaz Moñux, perpetrado en diciembre de 2008 en Madrid de dos disparos de pistola en la cabeza, al estimar los recursos de las acusaciones particulares (en nombre de los padres del letrado, y de su esposa e hijas), que fueron apoyados por la Fiscalía.

Así, eleva de 11 a 20 años de cárcel la pena a uno de los sicarios encargados del crimen, Jonny A.E.O., porque no fue mero conspirador para el asesinato sino que debe ser considerado autor del mismo; y aumenta de 12 a 20 años de prisión a Francisco G.A., al calificarle como cooperador necesario del crimen (cometido entre otros por dos hijos suyos) y no solamente cómplice. Se incrementa además la pena de 6 a 10 años de prisión Ibrahim A.A. y John E.M.F., por ser cómplices del asesinato y no conspiradores.

La Sala, en sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Julián Sánchez Melgar, rechaza los recursos que habían planteado tres de los condenados, en concreto Francisco G.A, y sus hijos Fernando y Javier. Ello supone que a estos dos últimos se les mantienen, al primero, 21 años de cárcel por asesinato alevoso, y al segundo, 24 años y 4 meses de prisión por asesinato alevoso y tenencia ilícita de armas. El séptimo condenado, José A.A.A., que no recurrió, mantiene su condena a 3 años y 7 meses de prisión por conspiración para el asesinato.

Según los hechos probados de la sentencia de la Audiencia de Madrid, luego ratificada por el Tribunal Superior de Justicia, tras una serie de vigilancias realizadas en el domicilio y el lugar de trabajo del abogado, el crimen se materializó “sobre las 21,30 horas del día 18 de diciembre de 2008, cuando el vehículo de la víctima entraba por la rampa del garaje de su domicilio”.

Entonces, Javier G.H. y un sujeto no enjuiciado en la causa se aproximaron por la parte izquierda del vehículo con la cara tapada o embozada y de forma súbita e inopinada, sin darle oportunidad alguna de defenderse, uno de ellos efectuó dos disparos con una pistola semiautomática del calibre 9 mm corto, que impactaron en la cabeza de la víctima, ocasionándole la muerte al día siguiente.