La AP de Madrid condena a más de 17 años de cárcel a un hombre por maltratar de forma habitual a su pareja
En el juicio no pudo probarse que le introdujera la cabeza en una freidora, por lo que se libra de la pena de homicidio intentado, pero no de las de maltrato habitual, amenazas, coacciones, lesiones y revelación de secretos
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- Comunicación Poder Judicial
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a diecisiete años y cuatro meses de cárcel a un hombre acusado de insultar, golpear y amedrentar gravemente a su pareja sentimental durante más de tres años, a la que además amenazó con matar a los dos hijos de ambos, menores de edad, si pretendía llevárselos con ella cuando harta de la situación de temor en que vivía decidió finalmente abandonarle.
Si bien en el juicio no ha quedado probado que el condenado intentara abrasar a la mujer con una freidora, ni que con el propósito de menoscabar su integridad física le rodeara el cuello con un cable eléctrico y en otra ocasión le propinara fuertes puñetazos en el abdomen, los jueces establecen que Mario N. R. es culpable de varios delitos de amenazas, de maltrato habitual y de obra, de coacciones, de descubrimiento y revelación de secretos y de lesiones por lo ocurrido entre los años 2009 y 2012 cuando, tras once años de convivencia, el condenado sometió a su compañera y a su familia a continuos episodios de violencia, como abrir la espita del gas y encender un mechero, sacar a los niños por la ventana para obligar a la mujer a salir del baño, donde se había refugiado para escapar de sus golpes, esgrimir cuchillos, lanzarle a la cara barras de hierro, revisar el teléfono móvil con el ánimo de encontrar contactos que pudieran comprometerla, someter a la mujer a la vejación de exhibirla en las calles de la localidad donde en ese momento convivía, sin abrigo, zapatos ni calcetines durante más de media hora “para que el pueblo viera bien que era la más puta”.
Durante el juicio, el acusado, al que se le ha reconocido la atenuante analógica de drogadicción, reconoció, sin mostrar ningún tipo de emoción ni arrepentimiento, que introdujo a sus dos hijos en el maletero del coche mientras los médicos atendían a su compañera sentimental de las lesiones que le había causado.