Salir rápido
Pulsa este botón en cualquier momento para abandonar de inmediato esta página
Recuerda borrar tu historial de navegación para no dejar rastro después de informarte
Utilizamos cookies propias y de terceros únicamente para realizar mediciones y análisis estadísticos de la navegación por las diferentes secciones de la página web con la finalidad de mejorar el contenido que ofrecemos. Al hacer click en 'Aceptar todas las cookies', consiente que todas las cookies se guarden en su dispositivo. Para configurarlas o rechazar su uso haga click en el botón 'Configurar Cookies'.
Para más información consulte nuestra política de cookies
Salir rápido
Pulsa este botón en cualquier momento para abandonar de inmediato esta página
Recuerda borrar tu historial de navegación para no dejar rastro después de informarte
Isabel Perelló recuerda que la independencia judicial constituye uno de los pilares básicos del Estado de Derecho
La presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial asistirá este viernes al acto de entrega del premio Fórum Europa 2024 a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que le ha sido concedido por su compromiso con el fortalecimiento de la Unión Europea y de sus valores.
Con ocasión de ello, la presidenta del TS y del CGPJ recuerda que entre esos valores se encuentra el de la independencia judicial, que constituye uno de los pilares básicos del Estado de Derecho. Isabel Perelló destaca que es precisamente esa independencia lo que garantiza que la potestad jurisdiccional y la política discurran por caminos separados.
El Estado de Derecho requiere que los jueces y tribunales puedan ejercer sus funciones atendiendo únicamente al imperio de la ley, sin presiones directas ni indirectas de ningún grupo de poder, público o privado.
La crítica de las actuaciones de los poderes públicos es inherente a la democracia y es, además, un modo en que las instituciones pueden mejorar su funcionamiento. La labor de los jueces y magistrados puede, y en su caso debe, ser criticada, pero lo que no cabe es cuestionarla de forma generalizada y permanente, atribuyendo a los integrantes del Poder Judicial sesgos políticos, pues tal forma de proceder menoscaba la confianza de los ciudadanos en la Justicia, causando con ello un grave daño institucional.