La Audiencia Nacional propone juzgar a 18 personas por una estafa piramidal de cuatro millones de euros a inversores a través de empresa ‘Generación ZOE’

Según el juez, los encausados, con reparto de cometidos y diversas cronologías, vinieron desarrollando actividades de captación de fondos mediante la publicitación de una escuela de liderazgo y coaching, ontológica y financiera

Autor
Comunicación Poder Judicial

El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha propuesto juzgar por delitos de organización criminal, continuado de estafa y blanqueo de capitales a dieciocho personas, entre ellos sus líderes, los hermanos Daniel y Camilo P., por la captación de cuatro millones de euros de inversiones de clientes entre 2010 y 2011 a través de la empresa ‘Generación ZOE’. Los investigados prometían beneficios “desorbitados” por las inversiones, si bien esas cantidades eran presuntamente desviadas para su beneficio personal, desde la retirada de efectivo a la compra de inmuebles y coches de alta gama.

Según el juez, los encausados, con reparto de cometidos y diversas cronologías, vinieron desarrollando actividades de captación de fondos mediante la publicitación de una escuela de liderazgo y coaching, ontológica y financiera, así como la utilización de una billetera o wallet virtual sustentada en la supuesta realización de inversiones de altísima rentabilidad, negocios diversificados y uso de criptomonedas.

En el auto de pase a procedimiento abreviado, el titular del Juzgado Central de Instrucción Cuatro cifra en unos 4 millones de euros la cantidad supuestamente defraudada por los investigados y en más de un centenar el número de afectados por esta trama delictiva en la que se sigue dice el juez, “el esquema básico de estafa piramidal”.

La resolución, que da un plazo de diez días a Fiscalía y acusaciones para presentar sus escritos de acusación, acuerda el sobreseimiento provisional para dos de los investigados y mantenerse a la espera del resultado de las órdenes de busca y capturas dictadas respecto de otros tres implicados que han sido declarados en rebeldía. 

Modus Operandi de ‘Generación ZOE’

Calama explica que el modus operandi de la trama delictiva ‘Generación ZOE España’, sucursal de esta misma empresa situada en Argentina, consistía en la captación de clientes por medio de redes sociales y posteriores reuniones en la sede, en las que ofrecían beneficios desorbitados a cambio de una inversión inicial de dinero.

Al inicio de la actividad, la primera vinculación se realizaba a través de las denominadas ‘membresías’ con una permanencia de, al menos, 3 años, mediante transferencia bancaria, pero posteriormente todo era entregado y recibido con dinero en metálico.

También existían, continúa el auto, los denominados ‘robots-bots’, que consistían en ofertas momentáneas que ofrecían los administradores en un grupo de WhatsApp donde habían introducido previamente a los clientes una vez realizada la membresia. Las entregas de dinero se realizaban con dinero en efectivo en las oficinas de la empresa.

“Este entramado se basaba en captar el mayor número de nuevos clientes posible, ya que cada persona que introducía a otra nueva se llevaba un 20% más de beneficio respecto a la cantidad que este último ingresaba. De esta manera se incentivaba a los denunciantes a buscar más inversores y así las ganancias de los que estaban por encima, en la cúspide de la organización, seguían aumentando”, apunta el juez.

Para llevar a cabo esta actuación delictiva los investigados, según Calama, crearon una organización estructurada y con reparto de tareas en cuya cúspide se situaron como presidente Daniel P. y como vicepresidente su hermano Camilo. Ambos se encargaban de difundir los mensajes oficiales de 'Generación ZOE' a través de WhatsApp y Telegram a todos los inversores estafados. 

Omisión de las “anómalas” retribuciones prometidas

En su auto, el juez señala que existen indicios racionales de criminalidad de que, con los peculiares modelos de contratación con los que eran captados los clientes, los compromisos de permanencia, los iniciales cumplimientos, la progresiva omisión de la retribución de las anómalas rentabilidades ofrecidas (unido a las peculiaridades de inversión mediante empleo de criptomonedas) y la final omisión de la restitución de la cantidades invertidas y los prometidos rendimientos, se ha incurrido en el delito continuado de estafa, con un importe defraudado que se sitúa en torno a los 4 millones de euros.

“Lo que esta trama hizo realmente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos, lo cual generaba una gran confianza en ellos acerca de que su inversión era segura y muy rentable, de suerte tal que ellos mismos se incentivaban para invertir una mayor cantidad de dinero con la esperanza de obtener un beneficio aún mayor. Este esquema tipo piramidal no solamente se usaba para que los que habían invertido aportaran más dinero, sino para atraer a nuevas personas que invirtieran al ver los grandes beneficios casi inmediatos que percibían los anteriores inversores”, concluye. 

El artificio del engaño contaba con un aparato de publicidad eficaz y presencia en redes sociales

La resolución del instructor explica que el artificio del engaño que desplegaron los investigados contaba con un aparato de publicidad eficaz y presencia en las redes sociales. “El éxito del negocio generó la imagen que cualquier burbuja especulativa precisa, la percepción de que el inversor siempre gana, y que las ganancias de la inversión siguen creciendo, lo que se convirtió en la mejor publicidad del producto. La sostenibilidad de la inversión se mantenía por los flujos de tesorería que se recibían gracias al incremento de los contratos, ya fueran renovaciones de clientes fieles, ya nuevos inversores. El dinero de los inversores permitía saldar las deudas con ellos contraídas, y era una partida en crecimiento sostenido. El negocio, pues, era una mera simulación”. Dentro de su estrategia de publicidad, expone el auto, se publicitó, como reclamo, en junio de 2021, que 'Generación ZOE España' se había hecho con la gestión del Club Atlético Saguntino. 

Calama considera que en este caso se encuentran presentes todos los rasgos de un negocio piramidal. En primer lugar, por la existencia de una conducta empresarial de captación de capitales, bajo cualquier modalidad ya sea un producto financiero, depósitos bancarios o, como en el caso, inversión en membresías y robots-bots. En segundo lugar, por la ausencia de actividad de inversión alguna, por cuanto que la actividad de la empresa no generaba rendimiento alguno. En tercer lugar, por el pago de las deudas contraídas con los clientes, para el reintegro o reembolso del capital más los intereses, que se realiza con el mismo dinero invertido por estos, en el caso de que renueven su inversión y sigan vinculados, algo muy habitual siempre que se logre cumplir con los compromisos, y con el dinero aportado por nuevos clientes, es decir mediante tesorería. Y finalmente, por el carácter de negocio que carece de racionalidad económica, que lleva implícito su fracaso o colapso, porque el crecimiento de la actividad empresarial aumenta las pérdidas, mientras que no logra rentabilizar el capital que recibe ni producir valor. “Generación ZOE no destinaba el dinero recibido a inversiones con las que generar beneficios y satisfacer sus obligaciones, sino que inmediatamente canalizaba todo el capital recibido a otras mercantiles”, apunta. 

Los investigados desviaron los fondos para la compra de inmuebles y vehículos de alta gama

De acuerdo con la resolución judicial, los investigados captaron fondos por un total cercano a los 4 millones de euros, si bien “en ningún caso se llevó a cabo ningún tipo de inversión para garantizar la devolución con intereses a sus aportantes”. Al contrario, subraya, se destinó principalmente a gastos de publicidad y marketing con los que poder captar más inversores, así como al beneficio patrimonial de sus líderes a través de la adquisición de varios inmuebles y vehículos de alta gama, además de reintegros de efectivo y compras con tarjeta.

Parte de estos fondos, precisa el texto, han sido desviados desde España a Andorra o Estonia, en algún caso tras conocer que se estaba llevando a cabo una investigación sobre su estructura delictiva.