Juicios en la Audiencia Provincial de Madrid del 22 al 26 de enero de 2018
Agenda de juicios programados para la semana
- Autor
- Comunicación Poder Judicial
La Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid celebra desde el próximo martes, 23 de enero hasta el viernes 2 de febrero, en sesiones matinales que darán comienzo a partir de las 10:00 horas, el juicio con Jurado Popular contra Ángel Luis V. J. por la supuesta comisión de un delito de asesinato. El Ministerio Público, que entiende que concurre la circunstancia atenuante analógica de alteración psíquica, solicita una pena de veintiún años de prisión para él.
Tal y como relata el representante fiscal en su informe de calificación provisional elevado a la Sala, el acusado, de 31 años de edad, agente de la Guardia Civil en situación de baja médica desde el 19 de abril de 2016, pero al que no se le había retirado el arma reglamentaria, se puso a los mandos de su vehículo BMW sobre las 7:30 horas del 25 de abril de ese mismo año. Ángel Luis, vestido de paisano y encontrándose bajo una psicosis tóxica por haber consumido hachís, cogió su automóvil y se puso a circular por la A-3, provisto de su arma reglamentaria y de un mache de 45,5 centímetros de hoja atado a su espalda y oculto entre sus ropas.
Al llegar al punto kilométrico 68, perteneciente a la madrileña localidad de Fuentidueña del Tajo, el acusado provocó, siempre según la versión de la Fiscalía, un incidente de tráfico con un turismo Opel Zafira, conducido por un hombre de 39 años de edad y de nacionalidad marroquí.
El acusado, con el ánimo de acabar con la vida de aquel, se colocó en paralelo a la altura del otro vehículo y, sacando su arma reglamentaria a través de la ventanilla, le disparo en dos ocasiones, al tiempo que intentaba echarle de la carretea embistiéndole repetidamente con su automóvil. Finalmente, provocó que, debido a su conducción temeraria y agresiva, el vehículo del ciudadano marroquí impactara contra el quitamiedos y saliera éste corriendo pidiendo ayuda a los conductores que circulaban por la vía. Ante ello, el acusado se tiró de su vehículo en marcha y comenzó a perseguir a pie a su víctima, disparándole hasta en catorce ocasiones, y llegando a alcanzarle hasta en seis ocasiones en distintas partes del cuerpo. Cuando el herido cayó desplomado al suelo, el acusado se acercó y a un metro y medio de distancia le apuntó a la sien y nuevamente le descerrajó otro disparo, atravesándole la cabeza, lo que le provocó la muerte instantánea.
El fallecido dejaba dos hijos menores de 5 y 7 años de edad, mientras que el acusado se encuentra en una situación de prisión provisional por estos hechos desde el mismo día.
El Ministerio Público solicita, además de la pena de prisión, una indemnización en concepto de daños morales de 145.000 euros del acusado para la viuda del fallecido y sus dos hijos, además de otros 1.925 euros por los daños ocasionados en el vehículo.
Además, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid celebra del lunes 22 de enero al jueves 25, en sesiones matinales que darán comienzo a las 10:00 horas, la vista oral del juicio contra Delvys Manuel N. A.; Nolasco G.G.; Altagracia F.P.; Luz Arianny M. F.; Eurivis Uranel Ch. F.; Freddy Javier G. C. y Erica Altagracia M. F. por la presunta comisión de los delitos de desórdenes públicos, lesiones y atentado. Los acusados se enfrentan a una solicitud de pena que oscila entre los siete años y medio de cárcel, los cuatro años y los cuatro meses de prisión, según su participación en los hechos.
Según el relato provisional de lo ocurrido, los procesados se encontraban pasados unos minutos de las doce de la noche del 6 de marzo de 2016 sentados junto con vasos y botellas sobre el capó de un coche en la madrileña calle de Jerónima Llorente. En ese momento, el propietario del automóvil, que salía de un establecimiento próximo de cenar con unos amigos, todos policías de paisano francos de servicio, les llamó la atención y les pidió que dejaran libre su vehículo para hacer uso de él. Amparado por el grupo, Delvys Manuel se encaró de forma violenta y tras decirle “pídemelo por favor”, le propinó un puñetazo en la cara. Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, el propietario del vehículo, sabiendo que sus amigos seguían en la zona, pidió auxilio a gritos.
Delvys, entonces, le propinó un botellazo en el pómulo izquierdo con una botella de cristal y el resto del grupo empezó a agredirle con patadas y puñetazos. Uno de los amigos de la víctima llegó al lugar de los hechos. Tras identificarse como policía e intentar mostrar la placa que le acredita como tal, fue abordado por Delvys y el resto de los procesados, que le golpearon también de manera indiscriminada.
A continuación llegó el resto de los amigos, todos volvieron a identificarse como agentes y al grito de “alto policía” intentaron detener la agresión. Ni siquiera se les permitió sacar la plaza, porque de inmediato empezaron a ser agredidos por los procesados, quienes comenzaron a tirarles objetos contundentes, separándose en diferentes grupos para agredir a los agentes por separado, toda vez que para entonces habían salido más personas de establecimientos próximos para unirse al grupo de agresores. A la vista del conflicto generado, se desplazaron al lugar varias patrullas, tanto del CNP como de la Policía Municipal, para poner fin a la algarada callejera y restaurar el orden público, lo que sólo se consiguió tiempo después cuando concluyó la actitud abiertamente hostil a la intervención policial.
Por último, la Sección Quince de la Audiencia Provincial de Madrid celebra el próximo martes 23, a partir de las 10:00 horas, la vista oral del juicio contra Jon Batiste M. C. por la presunta comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa y un delito de daños, por los que se enfrenta a una solicitud de pena de siete años de cárcel.
A tenor del escrito provisional de acusación, el procesado, guardia civil de profesión de baja laboral en el momento de los hechos, sobre las ocho horas del 24 de octubre de 2014, cogió su arma reglamentaria y se dirigió a una de las ventanas de su domicilio desde la que comenzó a disparar de manera indiscriminada contra las ventanas de los edificios más próximos, con pleno conocimiento de que esas viviendas estaban ocupadas y que por tanto alguno de los proyectiles podían alcanzar a diferentes personas. Cuatro proyectiles impactaron en las ventanas de una vivienda ocupada por una mujer y su hija, que afortunadamente estaban en la cocina y los disparos hicieron blanco en los ventanales del salón. Otros alcanzaron dos casas en las que no había nadie en ese momento. El acusado fue detenido el mismo día de los hechos y se le incautó el arma.