La Audiencia Nacional condena a 92 años de prisión a Eneko Gogeaskoetxea por el atentado frustrado en el Guggenheim en 1997

La Sala de lo Penal le condena por intentar matar al Rey Juan Carlos durante la inauguración del museo en un atentado frustrado en el que murió a tiros un agente de la Ertzaintza

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Comunicación Poder Judicial

La Audiencia Nacional ha condenado a 92 años de cárcel a Eneko Gogeaskoetxea por intentar matar al Rey Juan Carlos durante la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao en octubre 1997, en un atentado frustrado en el que murió a tiros un agente de la Ertzaintza.

En una sentencia, la Sección Segunda de la Sala Penal condena al acusado por delito contra la Corona en grado de conspiración, falsificación de documento oficial, homicidio de agente de la policía autonómica en el seno de organización terrorista, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de arma corta, dos delitos de detención ilegal y otro de coacciones. Además, deberá indemnizar a la viuda del agente fallecido con medio millón de euros.

La resolución explica en sus hechos probados cómo el acusado se integró en el ‘comando Katu’ de ETA junto a Kepa Arronategi. Ambos recibieron instrucciones de la banda terrorista de acabar con la vida del Rey con ocasión de su asistencia a la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao, prevista para el 18 de octubre de 1997, para lo cual recibieron material explosivo y armamento.

Así, ambos integrantes del comando prepararon tres grandes jardineras a las que introdujeron cuatro tubos de PVC en cada una de ellas con una granada autopropulsada Mekar de calibre 83, cuya carga inflamadora estaba constituida por pólvora negra y que podían ser activadas por radio-control.

Sobre las 16.00 horas de la fecha, tras descargar un macetero y haciéndose pasar por empleados de jardinería, fueron sorprendidos en las inmediaciones del museo por dos miembros de la Ertzaintza que se interesaron por lo que hacían. Mientras los agentes comprobaban las matrículas, relata la sentencia, el acusado, “de forma sorpresiva y sin dejar a su víctima capacidad de reacción”, disparó en dos ocasiones al agente José María Aguirre Larraona, causándole la muerte.