Condenado a tres años y medio de cárcel por autoadoctrinamiento yihadista

La sentencia recoge los informes policiales según los cuales el acusado se habría radicalizado a raíz de su contacto con un salafista de origen palestino que ejerció de imán en la mezquita Tawhid de Baracaldo en 2013

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Comunicación Poder Judicial

La Audiencia Nacional ha condenado a tres años y medio de cárcel por un delito de autoadoctrinamiento de carácter terrorista a un argelino detenido en Bilbao en julio del año pasado al que le fue incautado un teléfono móvil en el que guardaba 70 fotografías de propaganda e imágenes del Estado Islámico, 12 de personas ejecutadas y 5 de líderes de organizaciones terroristas como Osama Bin Laden.

En una sentencia, los magistrados de la Sección Segunda de la Sala Penal imponen a A.B. la pena solicitada por la Fiscalía, dado el volumen del material que le fue ocupado en su smartphone con la finalidad de adoctrinamiento religioso radical islamista, amén de su labor proselitista, “caldo de cultivo ideal del que las organizaciones extremistas radicales – la mayoría terroristas- se estarían nutriendo para engrosar sus filas en su llamada a practicar la yihad". Subrayan "la gravedad, por tanto, de la conducta del acusado como se ha podido constatar en los últimos atentados perpetrados en Europa”.

En sus hechos probados relata la resolución cómo el acusado, a través de un perfil en Facebook con su nombre y apellidos y de manera pública, publicó un comentario en enero de 2014 en el que decía "todo lo que digáis o analicéis sobre el Estado Islámico es mentira porque todos los suníes nos quieren y nos apoyan, y vamos a abrir un frente contra Israel también, y si Dios quiere van a venir ejércitos muyahidin-fieles luchadores que esperan la guerra contra Israel y vamos a derrotar a los Estados Unidos e Israel y sus chivatos, si Dios quiere". Además, publicó un “me gusta” en una página llamada “Organización Estado Islámico”.

A raíz de su detención, le fue incautado un móvil en cuyo interior había 70 fotografías con propaganda e imágenes de DAESH, 12 instantáneas de personas ejecutadas en las que se mostraban tanto los verdugos como las cabezas cortadas, otras 17 de cadáveres, 57 más de miembros armados de distintos grupos terroristas, así como otras 5 fotos de líderes de estas organizaciones, como Osama Bin Laden, Mullah Omar, Ayman Al-Zawahiri, Abu Bakú Al-Baghdadi y Abubakar Shekau.

Además, había un archivo con distintos escritos en árabe en los que a lo largo de 36 páginas se hacía referencia a "las preciosas sabidurías del degollamiento de los coptos de la Iglesia", a “la sangre lícita de los infieles” e interpretaciones radicales de versículos coránicos como “matadles doquiera que los halléis y expulsadles de donde ellos os hayan expulsado. No les libréis combate junto al oratorio sagrado a no ser que ellos os ataquen. Si lo hacen matadlos. Tal es la recompensa de los infieles”.

La sentencia recoge los informes policiales según los cuales el acusado se habría radicalizado a raíz de su contacto con un salafista de origen palestino que ejerció de imán en la mezquita Tawhid de Baracaldo en 2013.

Igualmente se describe cómo A.B. había superado ya las cuatro fases del autoadoctrinamiento: la del victimismo (el musulmán es una víctima), la de culpabilización (identificación de grupos responsables), la solución (¿soy buen musulmán? ¿qué debo hacer?) y la del activismo (justificación de la violencia).

“Queda acreditado el adoctrinamiento pasivo o autoadoctrinamiento del acusado A.B., recibido a través de autoridades islamistas religiosas de ideología radical, así como el uso de las redes sociales canalizadoras de tales ideologías, con la finalidad de perseguir los fines del Estado Islámico, sin olvidar su actividad proselitista difundiendo consignas y mensajes por Internet a favor de dicha organización terrorista”, concluye el tribunal.