Juramento o promesa de secreto profesional y confidencialidad de la Promoción 64 de la Escuela Judicial

Los 204 jueces en prácticas de la 64ª Promoción juraron o prometieron confidencialidad en un acto celebrado en la Escuela Judicial. Están sujetos a las obligaciones de guardar secreto profesional ya que, en los próximos dos años de formación, manejarán expedientes, atestados policiales, y procesos judiciales. También participarán en deliberaciones y dirigirán actos jurisdiccionales, bajo la supervisión de los jueces tutores.

Acceso al vídeo íntegro con la ceremonia de juramento o promesa de la 64ª Promoción de la Escuela Judicial. Barcelona, 25 de septiembre de 2012.

Los 204 jueces y juezas en prácticas de la 64ª Promoción participaron el 25 de septiembre en un solemne acto en el que juraron o prometieron guardar secreto profesional. La ceremonia estuvo presidido por los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Ramón Camp y Félix Azón, ambos miembros de la Comisión de Escuela, así como por Miguel Ángel Gimeno, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Roser Bach, directora de la Escuela Judicial, Gemma Espinosa, directora de Formación Inicial y Marta Fernández, jefa de Estudios de la Escuela.

Miguel Ángel Gimeno, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, dio la bienvenida a los jueces y juezas en prácticas. Destacó que los jueces de Cataluña tienen una especial vinculación con los alumnos de la Escuela, que es como un estandarte de la carrera judicial al ser una institución “admirable”, que está reconocida “en todos los ámbitos de la jurisdicción de los países de nuestro contorno”.

Legitimación cada día

Gimeno resaltó que la legitimación de los jueces y juezas se logra cada día en cada acto, cuando ejerzan y hagan manifestación de su independencia, imparcialidad, conocimiento, al tratar a la persona como se merece y amparan sus derechos.

“Sería deseable que todos hiciéramos un esfuerzo de reivindicación de lo que supone nuestra Carrera Judicial”, destacó Gimeno, quien abordó la actitud que debe tener el juez/a,  “de reconocimiento de sí mismo” y a los alumnos les indicó que han hecho un esfuerzo, pero que su propia estimación no viene de ese esfuerzo, sino que “vendrá a partir de ahora de un ejercicio correcto de su jurisdicción”, de que aspiran a realizar una buena justicia.

El vocal del CGPJ y miembro de la Comisión de Escuela Félix Azón, reclamó que la carrera judicial fuera “un referente del liderazgo social” en estos momentos de crisis que atraviesa España.

Azón abordó en su discurso la legitimidad de los jueces: la legitimidad de origen, que está en la Constitución de 1978 y en el ordenamiento jurídico, así como la legitimidad de ejercicio, “que es la que sustenta a la carrera judicial ante la sociedad, que hace que las resoluciones sean aceptadas y cumplidas”.

Principales virtudes de un juez

Esta legitimidad de ejercicio hay que ganarla “día a día” por todos y cada uno de los miembros del Poder Judicial. Animó a los jueces en prácticas a profundizar en la legitimación del ejercicio de la jurisdicción para resolver los conflictos de los ciudadanos: formarán parte de un servicio público en el que tienen la garantía de independencia e inamovilidad y donde estarán sólo sometidos al imperio de la ley.

Azón explicó las principales virtudes de un juez: prudencia, imparcialidad, capaz de transmitir de forma diligente y clara sus resoluciones, respetuosos con el ordenamiento jurídico, laboriosos, serenos, valientes para atreverse a resolver los conflictos que le planteen y humildes. “No olvidemos que somos servidores públicos”, sentenció.

Esfuerzo colectivo

En la clausura, Ramón Camp les recordó que al prestar juramento o promesa habían adquirido “uno de los más grandes compromisos que puede hacer un jurista”, que no es otro que el de sumarse “al esfuerzo colectivo de actuación de la ley y de realización del Estado de derecho”.

El juramento o promesa marca el punto de partida de la nueva fase de los jueces en prácticas. “Con él –destacó Camp-, habéis cerrado una etapa de grandes sacrificios y no menos satisfacciones y abrís una nueva fase, que espero os colme de satisfacciones”.

La Ley Orgánica del Poder Judicial establece en su artículo 307 que la Escuela Judicial incluye un periodo de prácticas en diferentes órganos de todas las jurisdicciones. Tanto en el periodo de preparación teórico práctica, como en durante las estancias en juzgados y tribunales, los alumnos de la Escuela Judicial han de manejar expedientes, atestados policiales, y procesos judiciales ya finalizados o todavía en trámite, y tienen acceso a datos de carácter confidencial. De igual forma han de participar en deliberaciones y dirigir, bajo la supervisión de los profesores y de los jueces tutores, actos jurisdiccionales de diversa índole.

Declaración solemne

Los alumnos de la Escuela Judicial están sujetos a las obligaciones de guardar secreto profesional: aun cuando en la condición de jueces en prácticas no ejercen con plenitud la jurisdicción, intervienen en actos y se relacionan con ciudadanos que comparecen ante los tribunales, así como con fiscales, secretarios judiciales, abogados, procuradores y demás profesionales, peritos y funcionarios, por lo que les es exigible que ajusten su comportamiento a la dignidad que comporta la función en la que participan.

Por tales razones, una vez que se ha producido la incorporación efectiva a la Escuela Judicial, y con carácter previo a tomar conocimiento de expedientes judiciales o de participar en actos jurisdiccionales, deben prestar juramento o promesa de guardar el secreto profesional y de comportarse con la dignidad que es exigible a los jueces en prácticas, tal como viene configurada su función en el Reglamento 2/1985, de Escuela Judicial de 7 de junio de 1985, quedando sujetos a las responsabilidades penales, administrativas o civiles que se puedan derivar del incumplimiento de tal obligación. (Ver la declaración solemne).

Siete de cada diez jueces en prácticas no tiene familia relacionada con la Justicia

La 64 Promoción de la Escuela está formada por 204 alumnos. El 68% son mujeres y tienen una edad de 29 años de media. La inmensa mayoría habla un segundo idioma y está acostumbrada a utilizar Internet como usuario, así como bases de datos jurídicas.

Siete de cada diez jueces en prácticas no tiene ningún familiar relacionado con una profesión jurídica. (Ver Datos Estadísticos de la 64ª Promoción, 2012-2014).

En esta Promoción, un total de 38 jueces en prácticas provienen de Andalucía, 31 de Madrid, 23 de la Comunidad Valenciana, 20 de Cataluña, 16 de Castilla y León, 15 de Galicia, 11 de Asturias, 10 de Murcia, otros 10 de Aragón y 9 de Canarias, entre otras autonomías de procedencia.

El 31% aspira a ejercer como juez de Penal, otro 20,34% quiere dedicarse a la jurisdicción Civil, un 13% aspira a desarrollar su carrera como juez en el ámbito de Familia, un 9% en Menores, otro 7,63% en Mujer, un 6,36% en Mercantil y un 3,6% en Social.