La Audiencia de Valencia condena a prisión a seis personas por traer cocaína desde República Dominicana mediante ‘correos’ humanos

Uno de los penados era trabajador de mantenimiento del aeropuerto de Barajas y colaboraba en la recepción de la droga. Otro condenado fue detenido con 111 bolas de estupefaciente en el interior de su cuerpo

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Comunicación Poder Judicial

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a penas de prisión que oscilan entre uno y tres años de prisión y a multas de entre 40.000 y 150.000 euros a seis hombres a los que considera penalmente responsables de otros tantos delitos contra la salud pública por introducir cocaína en España a través de ‘correos’ humanos.   

La Sala contempla para todos ellos la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas y para uno de los procesados la agravante de reincidencia. La sentencia, fruto de un acuerdo de conformidad entre el Ministerio Fiscal y las defensas, es firme y no puede recurrirse.   

La investigación comenzó en 2009, cuando la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil recibió información de la DEA estadounidense sobre la existencia de una organización colombiana dedicada al narcotráfico que operaba en España y que estaba relacionada con otra organización española, la cual se encargaba de introducir, distribuir y vender la droga.  

De este modo, en el transcurso de las pesquisas, los agentes constataron que los ahora condenados compraban cocaína en Sudamérica, especialmente en República Dominicana, y la introducían en España a través de ‘correos’ humanos o porteadores que llegaban al aeropuerto de Madrid. 

El 9 de noviembre de 2009, uno de los penados aterrizó en Barajas procedente de Santo Domingo, capital dominicana, en un viaje organizado por el resto de los procesados. El hombre transportaba cinco paquetes tipo ladrillo en el equipaje de mano que depositó en uno de los servicios habilitados con el símbolo de bebés.  

La droga fue recogida por un trabajador de mantenimiento del aeropuerto, también condenado en esta causa, que tenía acceso y se podía desplazar con total impunidad por el interior de las instalaciones.   

Tanto el porteador como el empleado de la termina fueron detenidos por los agentes que les vigilaban y que se incautaron de la droga, unos cinco kilos de cocaína, que se hubiera vendido por 297.000 euros en el mercado ilícito.  

Días después, el 4 de diciembre, una rama diferente de la organización planeó otro viaje y otro de los condenados fue interceptado a su llegada al aeropuerto madrileño cuando se disponía a entrar en un taxi.  Este viajero fue trasladado a un hospital, donde le detectaron hasta 111 bolas de cocaína en el interior de su cuerpo, que pesaban 1.200 gramos.