El 16 de abril de 2013, la jueza Sandra Piñeiro recibió en su Juzgado de Lugo a un grupo de alumnos del instituto público Nosa Señora dos Ollos Grandes, el mismo en el que ella había estudiado. Una de las jóvenes visitantes era Yasmina Pita.

Hoy Yasmina, tras superar las oposiciones de acceso a la Carrera Judicial y el curso teórico-práctico de un año en la Escuela Judicial, tiene a Sandra como tutora mientras realiza la fase de prácticas tuteladas en el Juzgado del que esta es titular, el de Instrucción número 2 de la capital lucense.

Aquella visita -que formaba parte del programa Educar en Justicia, que la Oficina de Comunicación del CGPJ desarrolla en toda España para que los más jóvenes adquieran sus primeros conocimientos sobre el sistema de Justicia- resultó determinante.

Yasmina dice que ya por entonces tenía claro que haría Derecho -ambas estudiaron la carrera en la Universidad de Santiago de Compostela, otra coincidencia-, pero que ver a Sandra dirigir la vista de un juicio de faltas fue decisivo: “Tengo que ser jueza”, pensó.

Sandra y Yasmina representan el presente y el futuro del Poder Judicial en España. La primera, como una de las más de tres mil juezas y magistradas en activo que suponen hoy el 56 % de la Carrera Judicial. La segunda, como integrante de una de las nuevas promociones que se están incorporando en los últimos años, en el que ese porcentaje supera el 70 %.

En el Día Internacional de las Juezas, que se celebra el 10 de marzo, ambas celebran que la judicatura sea mayoritariamente femenina, aunque subrayan que esto es realidad sobre todo “en la base de la pirámide” y no en los cargos gubernativos, los Tribunales Superiores de Justicia o el Tribunal Supremo. Entre las razones citan el acceso tardío de la mujer a la Carrera Judicial, pero también los condicionantes que para ellas supone la conciliación de la vida familiar y personal con el ejercicio jurisdiccional.

Y sobre el elevadísimo porcentaje de mujeres en las nuevas promociones, Sandra no duda en afirmar que es la demostración de que, “en condiciones de igualdad efectiva, las mujeres tienen el mismo éxito que los hombres”.