Andalucía vuelve a estar a la cabeza de la litigiosidad en España tras el aumento en un 6% de los asuntos ingresados

La Memoria recoge la incapacidad de los tribunales de reducir los asuntos pendientes y el tiempo de respuesta

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Comunicación Poder Judicial
El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, muestra la Memoria correspondiente a 2023
El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, muestra la Memoria correspondiente a 2023

La Comunidad Autónoma de Andalucía volvió durante 2023 a aumentar los niveles de litigiosidad, con el ingreso de un 6% más de asuntos  que  en  2022.  Los  tribunales  andaluces  ingresaron  1.372.072 asuntos frente a los 1.254.304 del pasado año, lo que revela que ha subido el nivel total de litigiosidad, aumentando en todos los órdenes jurisdiccionales.

Andalucía vuelve a estar en los niveles más altos de litigiosidad de España. Así, presenta una tasa de litigiosidad superior en casi un 8% a la media estatal: si en el conjunto del Estado ha sido de 145,7 asuntos por cada 1.000 habitantes durante 2023, en el ámbito del TSJA dicha tasa es de 156,8 asuntos, la segunda más alta de España, tan sólo tras Canarias.

Aumentan los asuntos ingresados

Durante 2023 subieron los asuntos ingresados en todas las jurisdicciones.  La  jurisdicción  civil  ingresa  un  8%  más,  siguiendo  la tendencia al alza desde el incremento de 2017. La jurisdicción social ingresa un 6% más de asuntos, mientras que en la jurisdicción penal los asuntos ingresados también se incrementan, aunque en menor medida, un 4%. La jurisdicción  contenciosa  sube  un  18%,  singularmente  en  la  primera instancia unipersonal, y rompe la tendencia de descenso de los dos últimos años.

Los procedimientos penales suponen cuantitativamente la mayor carga de trabajo judicial, en concreto el 54% del total, el porcentaje relativo a la jurisdicción civil supone un 37% del total, la jurisdicción social representa un 6% del total y, en fin, la jurisdicción contencioso-administrativa supone un 3% del total de asuntos ingresados.

La Memoria indica que se sigue con idéntica tendencia de años anteriores: gran judicialización de los conflictos entre la ciudadanía, sobreutilización del proceso y sobrecarga innecesaria en los Juzgados. Por lo que “si se quiere cumplir con el mandato constitucional de una justicia en plazos razonables es necesario contar con medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia. En definitiva, un mejor sistema organizativo/funcionarial/procesal, junto a un número de jueces acorde al volumen de litigiosidad, hará que la justicia mejore y sea más eficiente”.

Cifra récord de asuntos pendientes

Durante 2023 los órganos judiciales andaluces resolvieron 1.276.551 asuntos (algo menos que el año anterior), quedando pendientes al final del año un total de 758.989 asuntos. La tasa de resolución ha sido del 0,93, cifra que indica laboriosidad, con carácter general, si bien los órganos judiciales resuelven algo menos de la totalidad de los asuntos ingresados anualmente. Esto supone que la pendencia aumentó un 15,9% respecto a los asuntos que quedaron en trámite a final de 2022.

En este sentido, el volumen de asuntos pendientes se ha incrementado en una década un 40%, esto es de la cifra de 542.514 se ha pasado a 759.518 en este año.

La  Memoria  explica  que,  tras  superar  las  grandes  disfunciones derivadas de la pandemia, la huelga de LAJ´s y funcionarios ha repercutido de nuevo en este mayor atasco y cifra de asuntos pendientes, dada la importante suspensión de juicios y otro tipo de actuaciones procesales.

Cada anualidad, argumenta el documento, se pone de manifiesto que la tasa de congestión, que indica la carga total de trabajo (asuntos registrados más pendientes), siempre es superior a los asuntos que se resuelven, lo  que  impide  rebajar el  volumen de  asuntos pendientes y mejorar los tiempos de respuesta de muchos órganos judiciales.

En este sentido, vuelve a incidir en que “es imposible acabar con la pendencia existente en los órganos judiciales andaluces con los actuales recursos personales y defectuoso sistema organizativo”. Por ello, “no podemos caminar desde el puro voluntarismo ni apelar siempre a la responsabilidad personal”.

“Si queremos avanzar en la normalización de nuestros tribunales, generalizar un mejor rendimiento de la justicia y reducción de la bolsa de asuntos pendientes, será imprescindible la reforma en profundidad de nuestro sistema organizativo, procesal y tecnológico, optimizando nuestros órganos jurisdiccionales y los actuales recursos personales, todo ello sin perjuicio de mejorar los planes de refuerzo y crear nuevas plazas judiciales”, indica.

La Memoria del TSJA especifica que sería imprescindible la creación de plazas judiciales para paliar el atasco de la justicia. En este sentido, explica que dado el volumen sostenido de ingreso de asuntos de los juzgados andaluces, sería necesario crear al menos 15 plazas en los órganos colegiados y 104 nuevos órganos judiciales.

Justicia al borde del colapso

La valoración final de la situación, tal y como recoge la Memoria, es negativa y las conclusiones son similares a las Memorias de los últimos años, máxime a la vista los datos estadísticos de 2023 y volumen de asuntos pendientes. El que “la Justicia sea percibida como lenta y poco eficiente sólo responde a la realidad. Y si no ha colapsado todavía se debe, en gran parte, al sentido de la responsabilidad que mantienen en general quienes trabajan día a día en los Juzgados, pese a las deficiencias estructurales, organizativas, y de recursos, junto a unos niveles de litigiosidad nunca sometidos a métodos y criterios de razonabilidad y sostenibilidad”, indica el documento.

La Memoria refleja la falta de modernización del poder judicial, por lo que vuelve a apelar “a la responsabilidad de los encargados de la gestión política que venimos remarcando de forma insistente desde hace ya más de una década”. En este sentido, explica que nada se ha materializado durante 2023 en torno a tres ejes de actuación para modernizar y transformar la Administración de Justicia: organizativo (promoviendo la eficiencia operativa de este servicio público), procesal (cambios profundos en el proceso penal, al tiempo que se incide en el uso abusivo de la jurisdicción) y tecnológico (consiguiendo la ansiada transformación digital e incrementando la cohesión y coordinación territorial).

Indica que “nuestros responsables políticos siguen frustrando reformas necesarias del sistema judicial por la falta de consenso político y visión de Estado, dejando transcurrir períodos temporales significativos que abarcan varias legislaturas. Las fuerzas políticas deberían ser conscientes de la necesidad y urgencia en conseguir cambios en nuestro sistema de justicia. Y 2023 ha sido un nuevo año perdido”.

Así, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía recuerda que “llevamos más de veinte años de transitoriedad. La justicia, a nuestro pesar, no es una prioridad política, pero la litigación masiva y el incremento exponencial de asuntos en algunos órdenes jurisdiccionales, la complejidad creciente de la sociedad y la economía, y otros aspectos estructurales, hacen ineludible el viraje prometido hacia una justicia más ágil, efectiva y digital”.

Y concluye que “no queremos predicar en el desierto, pero la situación descrita debería, una vez más, ser una oportunidad para que los grupos parlamentarios se pusieran de acuerdo en un gran pacto de Estado por la Justicia. Esa necesaria muestra de responsabilidad de la clase política debe marcar el camino. Porque, un día, la Justicia colapsará”.

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El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, muestra la Memoria correspondiente a 2023

El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, muestra la Memoria correspondiente a 2023

Lorenzo del Río durante la presentación de actividad de juzgados y tribunales andaluces correspondiente a 2023

Lorenzo del Río durante la presentación de actividad de juzgados y tribunales andaluces correspondiente a 2023