Un Tribunal de Jurado ha declarado no culpable al único acusado por el conocido como crimen de Salesas en Oviedo. Para el jurado popular las pruebas indiciarias en las que se basó la acusación pública y la particular, no eran lo suficientemente sólidas y consideraron como variables de su no culpabilidad que durante la prueba practicada durante la semana de juicio, la relación que mantenía con la víctima así como los supuestos celos que le podía tener por haber convivido esta con su pareja, ya fallecida en el momento del asesinato, no quedaron probadas como móvil. Tampoco la explicación del uso del ascensor empleado para acceder al interior del edificio durante el breve espacio de tiempo en que el encausado permaneció en él, la ausencia de ADN del acusado en la escena del crimen y el que no había restos biológicos de la víctima en las ropas que se comprobó que vestía el procesado aquella noche. El jurado tampoco encontró material probatorio suficiente en la declaración de una de las testigos que incriminaba al acusado por su inconsistencia y sus contradicciones y valoró también especialmente que el arma del crimen no fuera encontrada.

Asimismo encontraron inverosímil que el acusado, toxicómano habitual desde su juventud y que acudía habitualmente al edificio a consumir estupefacientes, en los cinco minutos transcurridos entre el momento en el que una cámara de seguridad lo graba entrando y saliendo del edificio, le diese tiempo a obligar a la víctima, a la que le faltaba una pierna, a bajar al cuarto de basuras, acuchillarlo y limpiar exhaustivamente la escena del crimen sin que quedara ningún rastro de ADN suyo.

La magistrada presidenta del Tribunal de Jurado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, tras escuchar la cincuentena de puntos del objeto del veredicto sobre los que se manifestó el jurado, ordenó la inmediata puesta en libertad del acusado, que llevaba un año y medio en el Centro Penitenciario de Asturias, y anunció en sala la próxima publicación de una sentencia absolutoria vinculada a dicho veredicto.

Los hechos ahora juzgados ocurrieron en un céntrico edificio de Oviedo en junio de 2017, cuando el portero del edificio encontró en el cuarto de basuras del portal el cadáver de un vecino con varias cuchilladas.