El TSJ de Andalucía rebaja la pena a un hombre condenado por una agresión sexual en grado de tentativa

Estima en parte el recurso del condenado y admite la circunstancia atenuante de reparación del daño

Autor
Comunicación Poder Judicial

La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha estimado parcialmente el recurso interpuesto por un hombre al que la Audiencia de Granada condenó a cuatro años de prisión por un delito de agresión sexual en grado de tentativa.

La sentencia de apelación admite la circunstancia atenuante de reparación del daño, ya que el condenado, antes de iniciarse el juicio en la Audiencia, y sin requerimiento judicial alguno, ingresó 5.000 euros en concepto de responsabilidad civil. En este sentido, indica que el acto es espontáneo y la cantidad depositada es significativa, si se tiene en cuenta que se condenó al acusado a indemnizar en la cantidad de 6.000 euros, por lo que concurren los elementos que condicionan su aplicación. Por ello, rebaja la pena de cuatro años de prisión a tres años y tres meses al tener en cuenta dicha circunstancia atenuante.

Por el contrario, la Sala no admite el resto de motivos en el recurso presentado por el acusado, en los que solicitaba la absolución o, en su caso, la rebaja de la pena por el error en la valoración de la prueba, quebrantamiento de las garantías procesales e infracción de ley. La sentencia considera que la Audiencia valoró la prueba de “manera lógica y adecuada”, dando credibilidad a la declaración de la víctima que fue persistente en lo sustancial”.

Los hechos ocurrieron en julio de 2016 en Granada, cuando el acusado y la víctima se encontraron en una discoteca de la capital y decidieron de común acuerdo mantener relaciones sexuales. Cuando se trasladaron a la casa del condenado, éste intentó mantener dichas relaciones sin protección, a lo que ella se negó.

Fue en ese momento cuando él reaccionó a la negativa de la víctima con agresividad, agarrándola con fuerza, precipitándola contra la cama e intentando penetrarla pese a la inequívoca resistencia física y gritos de la víctima. Ese intento de agresión no se repitió, pese al hecho de que la víctima estuvo retenida en la habitación. Fueron unos compañeros de piso del condenado quienes finalmente auxiliaron a la víctima, permitieron que huyera y la acompañaron a denunciar los hechos.