Un juzgado condena a seis años y medio de cárcel al autor del tiroteo en una fiesta de pedida de mano en O Porriño (Pontevedra)

Los hechos sucedieron durante la madrugada del 19 de mayo de 2019 en el Centro Multiusos de O Porriño donde un centenar de personas asistía a la celebración de una pedida de mano

Autor
Comunicación Poder Judicial

El Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra ha condenado a seis años y medio de cárcel, como autor de dos delitos de lesiones con instrumento peligroso, con la agravante de reincidencia, y otro de tenencia ilícita de armas, a un miembro de la conocida como familia de los morones por irrumpir en una pedida de mano y disparar al techo en al menos seis ocasiones. Los hechos, según consta en la sentencia, sucedieron durante la madrugada del 19 de mayo de 2019 en el Centro Multiusos de O Porriño (Pontevedra), donde un centenar de personas de la familia de los zamoranos, asistía a la celebración. Como consecuencia de los disparos, dos proyectiles rebotaron e impactaron en una menor, a la que el condenado deberá abonar 33.011 euros, y en otro invitado, a quien tendrá que indemnizar con 33.958 euros. La jueza, además, ha ordenado en la sentencia que se deduzca testimonio contra tres personas que declararon en el juicio por la posible comisión de un delito de falso testimonio. 

La magistrada asegura que, “pese a la animadversión recíproca derivada del enfrentamiento de ambos clanes”, resulta “creíble” la versión de los asistentes a la pedida de mano “por la inmediatez de sus primeras declaraciones, todas coincidentes en identificar al acusado, sin ninguna duda, ya desde el primer momento”. Así, la jueza insiste en que sería “verdaderamente difícil” que se hubieran concertado todos los testigos “para declarar en un determinado sentido apenas una hora después del suceso”. 

La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra destaca que el autor de los disparos “actuó con conciencia del riesgo que creaba, cuanto menos para la integridad física de las personas que se encontraban en el lugar, y, a pesar de ello, ejecutó su acción, siendo además conocedor de primera mano de los peligros que comportan las armas, ya que afirmó en el plenario que le encantan y que las identifica a kilómetros”.