La Escuela de Verano del Poder Judicial examina la violencia filio-parental y las condenas a menores

La jueza de Menores de Las Palmas Reyes del Carmen Martel asegura que las medidas deben “enfrentar al joven con lo que ha hecho y ayudarle a analizar sus consecuencias”. El psiquiatra Roberto Pereira destaca que las agresiones de adolescentes a familiares han aumentado y que se producen en contextos sociales “aparentemente normalizados”

Autor
Comunicación Poder Judicial
El vocal del CGPJ Juan Manuel Fernández, el psiquiatra Roberto Pereira, el fiscal de Menores Vicente de Juan Orlandis y la magistrada Reyes del Carmen Martel
El vocal del CGPJ Juan Manuel Fernández, el psiquiatra Roberto Pereira, el fiscal de Menores Vicente de Juan Orlandis y la magistrada Reyes del Carmen Martel

La violencia juvenil ha centrado la jornada del hoy de la Escuela de Verano del Poder Judicial, que termina mañana en el pazo de Mariñán (A Coruña) y cuya dirección académica corre a cargo del vocal del CGPJ Juan Manuel Fernández Martínez. La magistrada del Juzgado de Menores 1 de Las Palmas de Gran Canaria, Reyes del Carmen Martel Rodríguez, ha profundizado durante su intervención en la justicia restaurativa para los adolescentes que cometen delitos. Así, ha incidido en que los principales objetivos de las medidas que se imponen al menor infractor deben tener en cuenta “la importancia de enfrentarlo con lo que ha hecho”, así como “ayudarle a analizar las consecuencias para que pueda aprender otras formas de interaccionar con su entorno”.

“El bienestar de nuestra sociedad depende, en gran medida, de nuestra habilidad para preparar adolescentes suficientemente formados y con capacidad de ajustes”, ha destacado Martel, quien ha afirmado que, por ello, “cuando hablamos de adolescentes en situación de riesgo, podríamos decir que toda la sociedad lo está”. La justicia restaurativa es “una oportunidad única de aprendizaje” para los menores, según la jueza, quien recientemente impuso a algunos adolescentes como condena la realización del Camino de los Valores, consistente en realizar rutas jacobeas, tanto por Canarias como por Galicia.

El médico psiquiatra director del Centro de Intervención en Violencia Filio-Parental (VFP) y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la VFP, Roberto Pereira Tercero, ha informado de que este fenómeno, traducido a denuncias judiciales, se ha “incrementado exponencialmente en los últimos años”. Su característica más destacable, según el experto, es que la violencia no está causada por niños o jóvenes “problemáticos” como “toxicómanos o pacientes psiquiátricos”, sino que se produce “en un contexto social aparentemente normalizado, con jóvenes violentos únicamente en el contexto familiar, con una particular relación con sus padres o con las figuras que ocupan su lugar”.

Este problema, en general, se atribuye “a la educación” y, si bien es cierto que en ese aspecto la sociedad ha registrado “grandes cambios”, Pereira ha advertido de que esa explicación es “insuficiente”. Así, ha asegurado que “al déficit educativo” deben “unirse dificultades de los progenitores, personales o en su relación, junto con características individuales de los jóvenes agresores”. La conjunción de estos factores, según el experto, es el origen de la violencia filio-parental.

En la mesa redonda Una sociedad atónita, además de Martel y Pereira ha participado el fiscal de Menores de la Fiscalía de Área de Jerez de la Frontera, Vicente de Juan Orlandis, quien examinó la respuesta Penal frente a la violencia juvenil.

El psicólogo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y primer Defensor del Menor, Javier Urra Portillo, ha ofrecido la ponencia titulada Menores: víctimas y/o verdugos. Durante la conferencia profundizó en los principales problemas que asegura que sufren los adolescentes: la violencia de género, la falta de ilusión, el alcohol y la violencia filio-parental. El experto también ha advertido sobre los peligros de compartir imágenes o fotografías íntimas a través de las redes sociales, al tiempo que ha criticado la educación diferenciada que, en su opinión, se da a niños y a niñas.“Desde que nace al niño se le educa con la idea de que todo es para él, y a ellas con la idea de que todo es para el otro, ya sea el padre, la pareja o el hijo, y eso cambia la vida”, ha afirmado.